El juego de la docena de opositores que quieren derrotar al presidente Evo Morales en las elecciones de diciembre, se ha convertido en una apuesta dramática para cada uno. Lo es, porque todos están empeñados en buscar acompañantes y algunos incluso a quien encabece la postulación. Su oferta electoral no va más allá de sostener que el pueblo debe oponerse al autoritarismo del gobierno actual. Un programa de ese corte no entusiasma ni mucho ni poco salvo, por supuesto, a quienes se encasillaron en esa actitud.